Qué lejos está del Uruguay; relato y poema. Carmen Obreque


Carmen Lucy Obreque Morales, poeta, asistente social, co-dueña de Ediciones Caballo de Mar. Trabaja en una repartición pública en el ámbito de los Derechos Humanos. Está casada con Luis y tiene una hijita llamada Carmen Lucy.



Qué lejos está del Uruguay


De mi libro “Gigante Rojo. Poemario para los Detenidos Desaparecidos”, editado por Ediciones Caballo de Mar. 


Ilustración: Leonor Pérez

PAIS DE CARACOLES

Nelsa Zulema Gadea Galán
El 18 de diciembre de 1973, Nelsa Gadea, casada,  uruguaya, secretaria de la CORVI (Corporación de la Vivienda), fue detenida por militares en la empresa soviética K.P.D., en Providencia. Estuvo en Tejas Verdes por un mes.
Ana María Moreira Fuenzalida ante la OEA declaró: “Nos mantuvieron encerradas en casetas para bañistas, de madera, de 70 por 70 cms… habíamos cuatro mujeres, una de ellas en muy mal estado, con huellas visibles de tortura, casi inconsciente, las muñecas y tobillos descarnados, al parecer le habían aplicado mucha electricidad, pues estaba muy morada y los ojos negros, la boca hecha tiras, a tal extremo que no podía ingerir agua... Era uruguaya, pero no logramos entender su nombre cuando trató de hablar”.
Se sabe que su cuerpo fue lanzado al mar en las costas de San Antonio.

“Nelsa Zulema,

…Que lejos estás
 del Uruguay”.

El país de los caracoles
está a millas estelares
 y tú no tienes hoy por patria
más que una pequeña caseta
sucia de tortura,
 rodeada de mujeres
fracturadas.
Tu boca que revienta,
y que un día
 ha besado,
pronuncia algo
sobre pájaros y ríos,
en una letanía
infinita y distante.

Yo no sé
lo que me hablas.

Estoy aquí
parada
mirando tu cuerpo
que se deshace
en medio de
un océano ajeno.

Cuanto quisiese
 que la bestia
no hubiese estallado
tu templo
en explosiones eléctricas.

Cuanto quisiese
que tu vida
no se hubiese precipitado
de helicóptero alguno,
y en lugar de ello
te rodearas de hijos,
flores y hojas.

Cuanto hubiese deseado
que tu falda
flameara en mi calle
en lugar de ser
carne
de los tiburones ciegos.

Dime tú,
¿Si algo dejan los peces
de tu sonrisa?
¿De tus pómulos
impetuosos?
¿De tu mano fina
para la lucha sin tregua?
¿De tu compromiso
en tierra extraña?
¿De tu adhesión
revolucionaria?

El aire
debe retener algo tuyo
porque sino sería
más fácil respirarlo.
Y te pienso,
y me duele.
                         
Porque siempre
hay distancias
más distantes
Y un Artigas más triste y ausente.

Lejos, muy lejos,

está el Uruguay.

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